El Amparo puede con la lluvia.

A las siete en punto de la tarde se abrían las puertas de San Nicolás. El pendón mayor de la Cofradía fue el encargado de avisar que los azules comenzaban su estación de penitencia por las calles de Murcia un Viernes de Dolores más. El cielo no se despejó en todo el día y más tarde se convertiría en el protagonista de la noche. Fue verdaderamente increíble presenciar la salida de todo el cortejo justo delante de la puerta de la parroquia y ver cómo los tronos, la mayoría a brazos, salían a la calle. Cuando el paso del Encuentro Camino del Calvario salía de la plaza empezaron a caer algunas gotas finas que sembraron la preocupación entre los nazarenos. Esas gotas se hicieron más significativas cuando María Santísima de los Dolores salvaba el dintel de la puerta de San Nicolás. Al poco rato paró de llover y parecía que el Amparo no iba a tener problemas. Pero justo cuando el titular cruzaba Gran Vía camino a la Catedral se empezaron a oir truenos de la enorme tormenta que acechaba, que tardó no más de cinco minutos en descargar muy fuerte sobre Murcia y sobre todos los nazarenos e imágenes del Amparo. Monseñor Lorca Planes dió la orden de abrir las puertas del Palacio Episcopal para refugiar a María Santísima de los Dolores, a su banda y a sus estantes. La procesión se congeló y todos los pasos se cubrieron con plásticos. A la hermandad infantil la sacaron del cortejo y la refugiaron en la puerta del Teatro Romea a espera de que cesase la tormenta. Después, todo siguió con normalidad y la Cofradía del Amparo finalizó su estación de penitencia en la Semana Santa de 2014.






















El Cristo del Amparo girando a calle Sol con plástico.
La hermandad infantil incorporándose al cortejo.





Todos los derechos reservados.