Procesión de Nuestra Señora del Olvido.

Cada Cuaresma, la Virgen del Olvido es la encargada de que nuestras cámaras empiecen a oler a incienso cuando las traigamos a casa para vaciar todas las fotografías. Y este año no iba a ser la excepción. Aproximadamente una hora antes de la salida ya se podía entrar a San Bartolomé para ver a la imagen en su trono con las velas encendidas y con el fajín de teniente general que estrenaba este año. El fajín fue donado el pasado año por Don Juan Antonio Álvarez. El itinerario de este año no incluía la calle Platería por motivos de andamios, para variar, por ello pasó por Jabonerias al Teatro Romea, donde pasaba a Santo Domingo y enganchaba con Trapería. El resto del recorrido fue el habitual; Belluga, Frenería y Sociedad para desembocar en San Bartolomé. El cortejo hizo su entrada en la parroquia sobre las nueve menos diez rozando las dos horas y media de duración.
Con la Virgen del Olvido ya en nuestras cámaras fotográficas, se nos vienen los diez últimos días antes del Viernes de Dolores. Estamos más cerca que nunca.















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